martes, 19 de septiembre de 2017

Trazar el amor


No podemos revertir el mundo
Está ahí, respiramos y duele
Sigue siendo absurdo.

No podemos cambiar la realidad de alguien,
Matar su dolor.
Bombardear la cobardía


Pero tampoco podemos:
Bajarnos del mundo,
Escupirlo
Llenar de cosas el vacío
Quedarnos mirando 
cómo nace el héroe 
o muere una gaviota.

Podemos
abandonar la isla
trazar el amor
cambiar el lente
dar una hora
El oído.
Los brazos.

Luciana Cano

Sentencia Juicio Operativo Independencia - Tucumán



















Registro fotográfico: Luciana Cano

domingo, 27 de agosto de 2017

Ojos de papel

Siempre que paso por la calle La Plata, de noche, de madrugada, con lluvia, con frio, todos los días está ella, sentada en el cordón de la vereda con sus compañeros de trabajo, esperando los diarios para repartir. Cada vez que la veía me quedaba con las ganas de decirle que admiro su fuerza
El 8 de marzo tipo 23 hs, regresando de la marcha y acto por el día de la mujer trabajadora, me cruzo con ella, estaba sola en la vereda. Esta vez me animo y le cuento que siempre la veo y que admiro su fuerza. Me dice gracias, con una sonrisa amable y me cuenta que ella es jubilada pero que no le alcanza, ya que su marido tuvo un infarto y tuvo que dejar de trabajar, y que recien a las 14 hs del otro día podrá dormir. Nos damos un abrazo, pregunto si puedo tomarle una foto y me dice que claro.
Su nombre es Esther, mi respeto y admiración para ella, mujer canillita trabajadora de nuestra provincia.

Fotografía : Luciana Cano
Fotografá:Luciana Cano

Era sábado había salido a las 9 de la mañana de mi casa, eran las 7 de la tarde y salía de una reunión, solo pensaba en llegar y dormir, cruzaba la Avenida Belgrano y lo veo, con bastón, una sonrisa y un poco desabrigado, acercándose a los autos a pedir mientras el semáforo daba rojo. Me acerco lo saludo y le pregunto sobre su situación. Me cuenta que se llama Omar pero le dicen Cacho, que es de Tigre y que la vida le jugó una mala pasada en grande, que perdió a su compañera de vida con la que había pasado 50 años y que tras su muerte se vino a Santiago a vivir con su hija, quien se encuentra actualmente enferma, ella y su marido. Me cuenta que le gusta el mar y extraña comer pescado, que era boxeador y que de joven era pintudo, tenía una novia azafata que le propuso irse a Francia, que le traía regalos (se acordaba de unos gemelos de camisa y unos cigarrillos Goliat) y que se cago en las patas porque tenía 20 años.
Le digo que me espere, que ya vengo voy a buscar algo caliente, me toma las manos y se larga a llorar, me dice gracias, gracias por escucharme, me ha hecho bien desahogarme, nos abrazamos y lloramos los dos.
Regreso y sentados en la vereda, saca puchos, me invita uno, me cuenta también de sus nietos, que sufre por la situación que pasan ellos, y con lágrimas en los ojos me dice que es muy doloroso que haya niños en la calle sin comida y pasando frio, que a él no le importa porque no le queda mucho ,que cuando pasan jóvenes él les dice “cuidado con el pico y la pala” (que les quiere decir que estudien y que no tengan que laburar horas como esclavos).
Me cuenta que hace dos meses estuvo internado por un problema de próstata, que el ya crió e hizo estudiar a sus hijos, me habla de su hermano, de su madre, de una sobrina, de su mujer.
Omar nació en septiembre del 44 , vive en el siglo xxi y toma el 19 para volver a su casa, me dice que esta edad no conseguirá trabajo y que no quiere quedarse en su casa porque quiere ayudar y tener para sus gastitos, me dice también que le da mucha vergüenza tener que pedir.
Me habla de la sociedad, de los gobernantes, la indiferencia y agrega: “por aquí pasa gente con unas semejantes cruces en el pecho y ni una monedita me dan, después van a la iglesia a pedir que Dios los ayude, no sé que pueden esperar si nada dan”.
Me habla de la vida, de que desde los 11 años fuma y nunca le pasó nada en los pulmones, que hay gente no fuma y se enferma de eso, de la lotería que es la vida, que el en viejo se viene a encontrar así, entre palabras pasan dos horas, y debo volver a casa. La charla se extiende un ratito más y me dice espero que tengas suerte en tu vida, que no te toque pasar por esto nunca, me abraza y con lágrimas y sonrisa , me dice “me has alegrado el día, he pasado un hermoso día, gracias, muchas gracias de verdad, te aprecio”, lo abrazo , le agradezco y me voy.
He dudado si compartir esto porque si hay algo que detesto es presumir de bondad, lo comparto porque a veces parece que no podemos hacer nada, parece que nada sirve en un mundo tan duro, sin embargo a alguien puede significarle algo una hora de tu tiempo, un abrazo, una charla. Todo aquel que pueda llegarse y solidarizarse con Omar lo puede encontrar en la calle San Martín casi Belgrano.

lunes, 3 de julio de 2017

La resistencia
















Agostos

Solo basta una mirada 
que deshaga el tiempo y sus interrogantes,
desenrrolle los sueños, 
te atraviese, 
te sacuda 
y se quede aqui,
 ahora ,
como faro para siempre.

Blablablá

Sumergidos en la vorágine.

Despellejándonos, 
por miedo quizas. 


Creyendo ser algo / alguien.


Con acrobacias para sostener /sostenerse/sostenerte.


Pareciendo. 


Desentrañando.


Adentro de todo.


Debajo del blablablá...

está la vida.
Fotografía: Rui Palha

miércoles, 15 de marzo de 2017

Balbuceo una realidad,
que no se disipe entre tanto sueño.
Un sorbo de inconsciencia
Balbuceo un despojo de incredulidad.
Hilos sin carretel.
Lluvias sin ventana. 
Fotografía: Rui Palha

miércoles, 25 de enero de 2017

Paren las balas



Creen los niños que pueden jugar a la pelota, creen que pueden jugar con barro, correr descalzos, volar un barrilete, bailar y cantar. 
Creen que no cae la noche, ni los pájaros.
Creen que la pelota no cae en la calle y siguen soñando.
No les cuenten, 

que sigan creyendo,
no les cuenten que los odian por sus caras
No les cuenten
que son usados
para hacer más sostenible
la ceguera
de que el mundo se nos viene para abajo.



Fotografía: Rui Palha